Una nueva alianza

Reunión dirigencial en Moreno

A lo largo este año buscamos acordar con distintos espacios partidarios que no llegaron a buen puerto. En los anteriores acercamientos, había una "corazonada" de que estábamos invirtiendo nuestro tiempo en esperar externalidades que no podíamos controlar, y cuando somos un equipo de personas protagonistas, esa "espera de algo" juega muy en contra.

En la familia SAREC (Sindicato Argentino de Reciclado) confluyen distintos tipos de pensamiento, donde nos une un fuerte compromiso de desarrollo ambiental con base en lo social. Ese objetivo, en un momento de la coyuntura nacional donde los indicadores sociales muestran un fuerte retroceso en el bienestar social, nos obliga a ser un sindicato activo en materias de acciones que logren revertir el actual proceso crítico del país, y no podemos cruzarnos de brazos esperando decisiones "de arriba" sin tener en cuenta el pensamiento de las bases.

Mi rol de secretario político nacional y mi trayectoria dentro del campo social me ve en la necesidad de emitir una opinión personal del por qué de este desenlace hacia un modelo de gestión que se lo etiqueta de "anti popular". Por experiencia propia comprobamos una cultura institucional viciada de viejas prácticas que fueron consolidándose desde el siglo pasado, y junto a ellas a una casta dirigencial acomodaticia a los vaivenes que lograron sobrevivir a las constantes crisis, encontrando un equilibrio de los de "arriba" sin importar los cimbronazos de los de "abajo". Este equilibrio encontró una lógica que con el tiempo fue transformándose en cultura, y de esta manera establecer reglas de juego tácitas que de ve en cuando quedan expuestas por jugadores díscolos evidencia su inconformismo por Internet hasta el punto que en la actualidad ha avanzado sobre qué clase de información puede ser publicada en la red. 

Tal fue el sesgo recalcitrante que sin importar la opinión de otro se llegó a decir: "hagan en un partido y ganen las elecciones" . Esa declaración evidenciaba la clara imposición de una voluntad ideológica sobre todo aquel que piense distinto y esa sensación que su rol hegemónico era absoluto, generando un modelo de gestión administrativa en el orden nacional volcado a un pensamiento personalista.

Durante la gran mayoría de los años de este milenio se busco "salir del infierno",  donde quedaba claro que había que generar herramientas para la laucha contra un diablo ficticio. Así, desde lo discursivo se presentaba un escenario en donde no se escatimaba los costos de generar un relato, y quienes entendieron la jugada y sin importar valores ni principios no dudaron a subirse a las nuevas reglas que conformarían un movimiento político que logró dominar gran parte de esta veintena de años.

Ya no importaba presentar objetivos ni rendir cuentas sino mostrar la obediencia debida al poder hegemónico. Y así el entramado institucional argentino se fue deteriorando hasta la actualidad.  Frente al reclamo de transparencia y gobernanza, buscamos evidenciar un modelo que otorgue un marco de abordaje a la actual crisis y sabemos por experiencia propia que el de "arreglar" con personajes que someten  a la población necesitada aprovechándose de su ignorancia no es la solución. Un modelo que busque proyectar previsibilidad y direccione un rumbo al cual llegar y no parches que colaboran a generar mas caos a la incertidumbre actual y más sin liderazgo. Un modelo institucional disruptivo con responsabilidad (entendiendo esta acepción como la capacidad de responder con habilidad) en el cual las reglas sean transparentes favoreciendo la participación de nuevos actores.

Junto a autoridades partidarias y a nuestro Secretario General Nacional

Mi formación dentro del campo de la economía me hizo notar la importancia de la instituciones y del rol que juegan los personajes que las lideran que sin lugar a dudas marcan una impronta que es notada luego que un funcionario deja el poder, para bien o para mal, y sus cambios en las reglas de juego.

Es por ello que luego de veinte años en este juego que es la política vimos un surgimiento de un frente que busca contrarrestar el apogeo del poder de turno, que va aprendiendo sobre la marcha a buscar soluciones a esos nudos gordianos productos de un juego en el que se enfrentaba una crisis de turno llegando a otro punto de equilibrio mas costoso y sin solucionar el problema de base. Dentro de este frente, que es más permeable a la participación, es que decidimos formar parte, y dentro del mismo favorecer  a una cultura de gestión más clara y  menos personalista, donde tenemos la posibilidad que nuestra voz sea tenida en cuenta, nuestra experiencia sea respetada y la oportunidad de mostrar una alternativa en marcha proponiendo soluciones para erradicar la pobreza, paliar el hambre, favorecer la educación, promover ecosistemas sociales sustentables, sanear el medio ambiente y adecuarnos a un modelo ODS de consenso global.

SAREC está en marcha, y como secretario político nacional presento la visión institucional que busco representar frente al contexto coyuntura reinante, mostrando un modelo de gestión evidenciado y escrito a lo largo de estos años por este sitio.