Saturday, June 22, 2019

Otro invierno sin Defensor...

Nuestro compromiso está con la infancia

Como verá querido lector, somos los únicos en la historia de la infancia argentina que llevan un registro pormenorizado de las actividades de incidencia por la designación del Defensor de los Derechos del Niño, como así también quienes se encuentran fuera de la órbita del establishment que ha evolucionado desde épocas del patronato buscando imponer una metodología de acción que ya conocemos sus resultados.

De entrada propusimos adherirnos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas como un instrumento de convergencia de políticas internacionales, a sabiendas del tremendo daño que ha ocasionado las "libertades" atribuidas en nombre de la infancia por grandes organizaciones nacionales que han buscado en los niños un nicho político para partidarizarlos.

En la actualidad nos encontramos con una Defensoría propuesta por una bicameral con poco tacto social y una marcada tendencia a simpatizar con un sesgo ideológico que deja afuera a muchos argentinos que aún no han visto cumplir sus derechos como así tampoco, dentro de los partidarios de esta tendencia, un líder que establezca estrategias de abordaje para hacerlos cumplir. Por otro lado, también ha crecido un sector conservador que se ha contrapuesto a este sesgo ideológico frenando cualquier avance hacia el empoderamiento infantil, y también sin una estrategia para componer el creciente deterioro social.

Adultos tomando la palabra por los niños, donde en contadas ocasiones se los escucha, nos han conducido a una crisis institucional sin precedentes en la historia de nuestro país. y, si sumamos a este problema la intervención de nuestros representantes políticos, podemos evidenciar un hecho que todos mencionan pero que aún no se ha visto encarar: más de la mitad de la infancia argentina son pobres, condicionado con este factor un desarrollo nacional.

Hoy necesitamos una visión panorámica de la situación por la que atraviesa la infancia argentina sin haber estado contaminados por algún compartimento estanco producto de una institucionalización miope de sillón que busca soluciones sin conocer las bases. Con esta frase nos referimos que abogados y eruditos de la infancia no han logrado en todo este tiempo con los recursos que les han sido destinados a destacarse como referentes de esta nueva visión que nos otorga la ley nacional 26061, con el agravante de que todos éstos hoy se encuentran propuestos para conformar la nueva institución que atenderá los problemas que ellos mismos ocasionaron por acción u omisión...

Estar con el fondo de Naciones Unidas y con un infante al frente quiere mostrar parte de un compromiso de años contra un sistema que se ha desarrollado con una serie de particularidades en la Argentina que han tenido estas consecuencias. Somos el emergente de una situación a la cual no se la tomó con la debida atención y queremos demostrar un modelo de gestión ajeno a todo lo conocido abriendo con ello una nueva etapa en la historia de la infancia argentina...

¿Nos dejarán?



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