En la dirección contraria

Reconocimiento

Once años de peregrinación recorriendo todo un entramado que ha sido ideado desde arriba hacia abajo. Hemos podido evidenciar como la política patriarcal ha condicionado a las instituciones que las grandes ideas parten desde arriba, de los eruditos instruidos bajo el sistema de educación victoriana que como fin perseguía dos objetivos:

1) De instruir a la población de la existencia de Dios
2) Que el Rey era un enviado de Dios

Este sistema de educación se ha mantenido hasta nuestra época con variantes según los acontecimientos evolutivos de la sociedad, pero siempre se ha mantenido su direccionalidad: de arriba hacia abajo, los "hacedores de políticas" son los indicados de encarrilar a la sociedad según pensamientos de "escribas" que, de tanto estar en el palacio de la corte imaginaban lo social con fragmentos de comentarios, y con los mismos construían estructuras gramaticales de una belleza estética sin igual, pero alejados del contacto directo con lo real. Llegó a propagarse tanto este sistema de pensamiento que se ha convertido en un modelo mental, y ya no nos cuestionamos sobre de donde "las eminencias" han podido elaborar sus estructuras discursivas, dándolas por ciertas.

Cuando este modelo de sociedad toca el continente americano imponiéndose a sangre y fuego logra su hegemonía, y con la misma entregamos nuestra instrucción a un sistema que consideramos el "modelo social" al cual queremos pertenecer. Este modelo al entrar en crisis en más de una oportunidad ha sabido reinventarse manteniendo su esencia patriarcal: de arriba hacia abajo. Los reinos cayeron y fueron suplantados por sistemas representativos de multitudes que, luego de un tiempo, replican la misma metodología de acepción de conocimiento y dicha representatividad entra en crisis, forzando nuevamente a retocar el modelo mental imperante donde en la actualidad está en manos de quienes manejan la información.

Con la entrada del nuevo milenio los avances tecnológicos comunicacionales pusieron en jaque a los actores reinantes de este sistema social, y así pudimos ver cómo nuevamente el sistema entra en crisis viendo escenarios de auge (como la tan renombrada campaña de Obama por su utilización eficaz de Internet) y de decadencia  (como La Primavera Árabe y el atentado de Atocha con el empoderamiento social de la comunidad haciendo escarmentar a los gobernantes de turno). Vale decir que las connotaciones "auge y decadencia" fueron adoptadas en la oración anterior en el sentido de defensa del modelo mental impuesto: de arriba hacia abajo.

Ahora ... ¿cómo pienso acoplar esta introducción con respecto a la infancia argentina?

Si bien he comentado que durante toda mi vida me he dedicado a incursionar en temas relacionados con la infancia, desde el 2007 al toparme con la ley de la provincia de Buenos Aires 13298 presentando varios casos de Medida de Abrigo ciudadano pude vivenciar esta "brecha" entre lo escrito y lo real. Y así, luego de restituir a la totalidad de los chicos a sus familias sin la asistencia ni supervisión del Estado, razón por la que entré en la indigencia y denunciando a un municipio por su incumplimiento de la ley impuesta desde "arriba", comencé a recorrer toda la madeja institucional para encontrarle un sentido lógico a la mencionada ley de infancia provincial, encontrando un desparpajo considerable. Es así que comencé a recorrer los laberintos de una ley nacional, en este caso la 26061, presentándome ante todo aquel actor con el que tenía oportunidad, y el desparpajo fue mayor aún...

Hoy, a instancias de la apertura a concurso de antecedentes y oposición que piensa realizar la comisión bicameral del Congreso de la Nación, puedo decir que he recorrido toda la trama institucional de la infancia argentina viendo que "desde arriba" no se tiene idea cuántos laberintos hay que cruzar para bajar a la llanura. Y desde la llanura ya no se mira hacia arriba, producto de un accionar secular donde "las cosas son así".

Mientras analizamos un proyecto de empoderamiento ciudadano que pensamos presentar en la carrera hacia la dirección de la primer defensoría de infancia del país, cuestionando el modelo imperante dentro del palacio legislativo (es decir, "el de arriba hacia abajo"). Presentando una alternativa a un modelo institucional que ha demostrado con sus números estadísticos la profunda crisis por la que atraviesa, vamos teniendo reconocimiento de aquellos sectores informativos que consideramos esenciales en este proceso comunicacional de volver a conocer las bases y delinear estrategias acordes a las problemáticas intrínsecas de cada zona en cuestión.