El confinamiento de la libre expresión

 

Comienza la segunda temporada

Recuerdo una vez que fui invitado a una presentación de la organización AAFANI en el hotel BAUEN donde irrumpió antes de la misma una agrupación feminista prohibiendo que se realizara en el auditorio previamente acordado. La "bajada de línea" de la posición en contra de expresiones a favor de la custodia compartida marcaba la cancha y el encuentro se realizó en un bar dando una idea de cómo se desplaza una posición que no va con la ideología reinante.

Ahora con la replica en un provincia de esta metodología de acción salvando algunas diferencias me hace reflexionar si esta modalidad es un protocolo de acción o no. Es decir, primero te dan el ok y luego te cancelan, dando a conocer el poder y posicionamiento de las instituciones oficiales al respecto.

Cuando te dicen sí para luego decirte no (link a artículo periodístico)

Dada mi experiencia personal en materia de DDHH contra la corporación que maneja los  mismos en el país que deja bien sentada su posición ideológica no es de extrañar este tipo de actitudes. Pensando sobre esta acción de censura me atrevo a opinar que cuando se solicitó el permiso y explicado el fin que perseguía los funcionarios no vieron ninguna objeción, pero con el correr de la publicidad y llegado al político encargado de adoctrinar a la tropa militante esto era un insulto a la ideología reinante y no se podía permitir semejante acto de rebeldía poniendo en evidencia de decisión tomada desde altas esferas de invisibilizar esta problemática.

Que queden en el medio muchos niños dañados por un sistema judicial viciado es lo de menos. Lo que importa es demostrar el poder de imponer una voluntad ideológica donde las consecuencias son "daños colaterales", donde las vidas son números  (de casos, de expedientes, de  legajos, de filas y columnas, de artículos fundados, etc) y se está dispuesto a afrontar los riesgos midiendo de antemano el grado de impunidad en que generalmente se llega a estas decisiones...

Mientras tanto el aparato oficial y su maquinaria propagandística buscará imponer una historia oficial para un pueblo saturado de escándalos incapaz de asimilar la magnitud de la problemática debido a la incesante cantidad de las mismas en diferentes sectores. Una tormenta perfecta donde los social, lo cultural y lo legal nos muestra una escena dantesca dejándonos sin marco de abordajes, estrategias ni objetivos planificados como rumo de futuro...

Colocar a una funcionaria institucionalizada a cargo de la defensa de los derechos del niño conociendo que la misma es parte del problema que debemos enfrentar es esperar resultados diferentes haciendo siempre lo mismo. Y mientras entramos nuevamente a otra temporada de confinamiento que empuja a los sectores más vulnerables a un abismo mas profundo del que parece no haber retorno, no encontramos en el liderazgo en vigencia atributos ni acciones a morigerar este escenario.

Una década que será recordada por la pandemia global y crisis de liderazgos que van demostrando fracasos constantes frente a la necesidad de claridad en épocas donde la academia habla de gobernanza...