Thursday, July 30, 2020

La suspicacia de la ética ...


Secuencia de una indiferencia

Ética: 
  1. 1.
    Disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano.
    "Aristóteles fue el fundador de la ética"
  2. 2.
    Conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad.
    "su ética profesional le impide confesar más cosas"


Una charla virtual organizada por JUP Córdoba invitaba a la Defensora de los Derechos del Niño de la provincia de Córdoba (la primer provincia en contar con esta figura en el país) a debatir en torno a "Una ética para transformar la realidad", y pareciera que  tomaron  su segunda acepción, ya que conocemos por costumbre de las agrupaciones identificadas con este sesgo ideológico la utilización de la indiferencia como herramienta a la que más suelen acudir cuando las pruebas y antecedentes de quien quiere debatir se presenta ante ellos. 

Según los organizadores a este encuentro asistieron 200 participantes (100 por zoom y 100 por YouTube) y esta participación se mantuvo constante durante el transcurso del mismo. Y parece que mi nombre y apellido está catalogado como "conflictivo con formación", etiqueta que por lo visto no es conveniente llevarle el apunte ya que existen fundamentos éticos (entendiendo la palabra ética como la primera acepción) que socavan el pensamiento filosófico de estas agrupaciones partidarias identificadas con una corriente ideológica.

Si tenemos en cuenta esta convocatoria, me encontraba sólo ante 200 personas (incluyendo a la oradora) para hablar sobre el comportamiento institucional en materia de derechos de infancia que se consolidó en este milenio y se originó en los noventa. Es decir, cuando llegaba a la adultez estas personas ya estaban pululando entres espacios de poder o heredando el mismo y construyendo una estructura de poder que se mantendría hasta nuestros días y un método de conducción que nos sumergió a que más de la mitad de la infancia argentina hoy no tenga posibilidades de desarrollarse y formar parte de un normal desenvolvimiento con aspiraciones de progreso social.

"PECES MUERTOS QUE VAN CON LA CORRIENTE"

Esta definición en palabras de la Defensora me sorprendió de sobremanera. En el día en que conmemora la muerte del Dr Favaloro, uno de esos líderes de la ética en medicina en nuestro país y que los políticos erigen centros de salud con su nombre recordando su labor pero no hacen nada por eliminar las consecuencias que provocaron su muerte me pareció fuerte. Y más frente a una audiencia militante que han heredado un puesto en el gobierno y que su premisa principal es seguir al conductor y no cuestionar su dirección.

Con la Defensora en la Casa de la provincia de Córdoba

Otra de las palabras de la oradora que me conmovió fue: "liderazgo disruptivo".  Este precepto fue uno de mis temas en campaña para presidir la primer Defensoría de Niñez y Adolescencia del país presentando un programa de gestión basado en la experiencia y conocimiento de la problemática institucional y proponiendo un modelo de gestión que pueda renovar un sistema viciado, más preocupado en maquillar una situación y no buscando mejorar la mal calidad de atención al ciudadano.

Nuestro banner de campaña


Estoy convencido que le filtraron mis preguntas a la Defensora, a la cual la considero como la principal exponente institucional de este cambio de paradigma que puede refrendar su gestión. Lamentablemente rodeada de un entorno que deja muestra de sus manejos para quienes pensamos distinto y que tenemos antecedentes para demostrar el hastío de un sector poblacional con esta "ética" partidaria no se puede hacer mucho, y para ello es necesario alguien quien pueda demostrar esas adversidades a la cual se somete el cumplimiento de la ley nacional 26061 en territorio buscando ser ejemplo del compromiso por renovar un sistema tan pero tan mal conformado que nos deja historia de muertes de niños y desidia institucional...

Y así vamos concluyendo un Julio en nuestra incidencia en materia de derechos de infancia reclamando una capacidad de autocrítica y superación ante la carencia de un liderazgo  disruptivo ejemplar. El futuro de las próximas generaciones está en juego con una conducción de una señora con treinta años de ejercicio institucional que da muestra clara de su vencimiento y obsolescencia en tiempos tecnológicos, dejando a la vista de la sociedad  los chanchullos y viveza criolla de cómo lograron ocupar un espacio en el que se requiere competencias de las cuales ya es tarde aprender habiendo quedado en evidencia.

La suspicacia de la ética podemos dejarla para la academia y abogados, donde seguro se podrán realizar apasionantes debates demostrando la capacidad oratoria de quienes intervengan, pero ahora es necesario convocar a ese capital social desilusionado por ver las mismas caras y con ganas de trabajar por una sociedad con esperanza de desarrollo. 

¿Se podrá?






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