Consecuencias de un periodismo militante

Nuestro comentario a la espera de ser aprobado

Artículo (¿periodístico?) en el cual intervenimos

Que una noticia acerca de la infancia argentina necesite moderación quiere decir muchas cosas si nos ponemos a reflexionar al respecto...

Ya como periodista no sólo te encargas de redactar el artículo (o al menos "copiar y pegar" si te lo mandaron ya armado por mail) sino que tienes que controlar los efectos que puede llegar a tener entre el público, y a partir de allí darle el sesgo que te convenga sin saber nada acerca de la persona que se toma su tiempo para intervenir en la nota.

Que una comisión sea 100% femenina y que las tres presidencias desde su inicio estuvieran a cargo de fervientes feministas dejan un accionar que al menos genera sospechas si uno se detiene a ver detalles de este desarrollo político entre legisladores. Eso a simple vista porque, si se ha vivenciado estos tres años de comisión y sus escándalos entre concursantes puede elaborar conjeturas con más peso acerca del sesgo...

Todo ello alimentado por periodistas que han perdido el tacto de informar de una manera neutral y más conociendo la influencia que tiene el peso de la pauta oficial. Vemos una sociedad que opta por opiniones que concuerdan con sus preconceptos y así nos volvemos más intolerantes con el que piensa distinto,hasta el punto de llegar ala violencia y descalificar de feo modo al que no comulga nuestra opinión, cosa que nos ha sucedido a lo largo de estos años y mis cicatrices pueden dar fe de lo acontecido.

Desde el 2006 nos fuimos posicionando en el acontecer de la infancia argentina de una manera independiente y sin ser financiado por ningún interés que nos condicione nuestra libertad de expresión. Esa independencia nos llevó a estar seleccionado entre los 68 argentinos para disputar el liderazgo en materia de derechos de infancia en el país, donde no corríamos con el caballo del comisario y no creíamos ver a legisladores tan parciales en intervenir sobre un correcto accionar en materia de derechos de infancia...

No creíamos en "tener padrino" con tantos años de gestión puesto a disposición de la sociedad. No creíamos en "besar algún anillo" para poder darle a los derechos una independencia tan necesaria. No creíamos en consentir adherir a algún sesgo ideológico para poder seguir en concurso. No creíamos que ser parte de la misma institución sería una condición para poder acceder a debatir falencias de una estructura clientelar militante que ha reciclado a funcionarios fieles en mantener el estatus quo...

La deuda es con la niñez, y a quienes hemos depositado nuestra confianza en todos estos años han demostrado en todos ellos qué clase de infancia es la que quieren...

No es tiempo de relatos académicos entre amigos reflexionando acerca de una crisis de la que forman parte. Es necesario una profunda reforma institucional que pueda cimentar las bases de un sistema que tenga por objetivo la transparencia, la participación comunitaria y social independientemente de su sesgo y la rendición de cuentas hacia una gobernanza con indicadores de estándar internacionales que puedan evaluar fehacientemente una gestión en materia de derechos para nuestros niños.

Señoras... por favor:la deuda es con la niñez...