Sunday, April 14, 2019

La paciencia de la araña...

Concentrado en el objetivo


Luego de más de una década de incidencia en materia de derechos de infancia aprendimos hábitos que se han ido desarrollando a lo largo de estos años, entre ellos el de fijar imágenes de los objetivos que queremos alcanzar para no desconcentrarnos de la meta, y saber que siempre hay dificultades que postergan llegar a un puerto, donde tal vez no podamos alcanzar por muchos factores ajenos y propios...

Desde que se conformó la bicameral fuimos protagonistas de diferentes hitos que se realizaron por vez primera en nuestro país, y los mismos distintos del principal que perseguimos: ser el primer defensor de los derechos del niño dela República Argentina.

Uno de ellos fue mi debut como instructor de Yoga: realizando el primer flashmob sobre esta disciplina en el país. Para ello coordinar a un grupo de personas con distintas profesiones y distintas expectativas fue todo un desafío que logramos alcanzar durante el 2017 y nos llena de orgullo. Durante el 2018 realizamos la primer cumbre de instituciones de la mujer en Argentina, en donde invitamos a la entonces vicepresidenta de la bicameral a la Facultad de Ciencias Económicas de la universidad Nacional de Buenos Aires (recordando que durante el año anterior ejerció la presidencia de la bicameral), otro enorme desafío de coordinar a señoras con marcado reconocimiento en el país con un fin común, donde el evento resultó todo un éxito.

Para quienes me conocen no soy de permanecer repitiendo una actividad en la cual consideré el objetivo cumplido, buscando desarrollar nuevas habilidades y competencias en nuevos emprendimientos que tengan como fin la promoción de alguna actividad para el bien común. Si bien el de ser el primer defensor del los derechos del niño figura entre los objetivos personales que desde el 2006 venimos concentrados desde la entrada en vigencia de la 26061, tenemos en cuenta que con la intensión no basta y para ello armamos todo un herramental para seguir en la puja a pesar de haber sido descartados por un modelo de selección que demuestra lo poco que se conoce sobre la infancia nacional y su coyuntura.

Es preocupante que entre los aspirantes ya habiendo pasado el filtro del examen no haya una campaña de visualización de su plan de acción y el compromiso de mostrarse a la comunidad como una personalidad con capacidad de liderazgo de enfrentar la actual crisis de infancia, resaltando sus logros personales y su capacidad de resolución ante temas tan conflictivos y mediáticos que se han sucedido en la infancia durante todo este período de transición. Es decir, no esperamos como nosotros que tengan más de una década de incidencia, tampoco durante el tiempo de la conformación de la bicameral encargada de esta selección, pero sí al menos de este año facilitando el proceso de selección a las integrantes de la comisión y dar la posibilidad de todas las organizaciones que trabajan en la infancia de conocer en grandes rasgos hacia donde se dirige la institución nacional en materia de derechos de infancia...

Diez son las integrantes de la comisión evaluadora, catorce los aspirantes a una nueva dependencia en la que se espera su apartidarismo e independencia, y ninguna idea que se destaque como innovadora a un modelo de gestión que sigue su gradualidad como un paradigma del cual se busca aggiornar algún método pero no así con sus problemas de fondo...

Sin lugar a dudas el futuro defensor de los derechos del niño tendrá que tener la paciencia de la araña, quien teje su red en silencio y sin la desesperación de la aleatoriedad de las circunstancias que permiten que el fin de la obra sea alcanzada. Mientras ello sucede, muchos niños ya dejaron de existir, otros más han sido abusados y miles y miles más vulnerados en sus derechos con una constancia abrumadora que ya a nadie altera y exige justicia por ellos y, lamentablemente, entre los seleccionados parece perpetrarse esta desidia...

Miro la pantalla de mi ordenador con un pelota de golf, actividad que he retomado en este año con un desafío extra: trabajando con personas con discapacidad en el golf club de Palermo, Buenos Aires. Nuevos horizontes con potencialidades infinitas, que aspiran a mejorar la calidad de vida del prójimo, nuevas personas con expectativas disimiles, y a todo esto le tenemos que sumar el enorme campo de la discapacidad con diversas patologías y formas de acción. Un panorama complejo el cual aceptamos poniendo a prueba todas nuestras competencias conociendo que desde un sillón la realidad no se mejora...

¿Podrá tener es cuenta un escenario como este el futuro defensor del los derechos del niño de la República Argentina?






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