Expertos en desligarse...

A veinte meses de la mayor tragedia ferroviaria de la historia familiares de las víctimas rememoran una fecha que cambió sus vidas y comenzaron a conocer los tiempos y clase de justicia con que cuenta el Estado en la actualidad...

La indefensión ciudadana, ante un gobierno que cooptó el Estado cerrando alternativas a una pluralidad de ideas, en un tiempo donde la comunicación ya no se da entre sectores monopólicos antagónicos y la participación ciudadana va siendo más tenida en cuenta, es una característica de este siglo que va teniendo distintas manifestaciones según costumbres y cultura (desde al auge de políticos populares no por hacer política hasta en especialistas en retórica y manejo de medios, pasando por rabinos y curas), pero no por ello deja de presentar caracerísticas comunes de una lógica gubernamental de siglo pasado.

En nuestro caso, desde la mirada institucional de infancia, no se ha avanzado más que en retoques comunicacionales y alguno que otro caso aislado de éxito de poca repercusión en cuanto a réplica y transmisión del 'conocimiento tácito al conocimiento explícito" a la manera de Nonaka.

Vemos que la comunicación eficaz no se da, y lo vemos como una lógica para mantener poder en donde quienes lo tienen no quieren dar lugar a la conversación, donde a la misma la vemos como hace mención en su libro Metamanagent Fredy Kofman: "La base de la economía material es una exonomía conversacional, una infinita serie de conversaciones en la que los seres humanos intercambian compromisos. (...) Cuando esas conversaciones 'se rompen', ocacionan serias dificultades en los negocios y en las vidas personales; la ruptura de compromisos lleva a la ineficiencia, desorganización, desconfianza, resentimiento y erosión de las relaciones. Más aún, la capacidad de comprometerse es uno de los factores constitutivos de la persona. "Persona" (física o jurídica) es todo ente capaz de poseer derechos (obligaciones de otros) y contraer obligaciones hacia otros. Deshonrar compromisos (no cumplirlos y no pedir disculpas) es una falta de respeto hacia el otro y hacia uno mismo como persona."

Tal vez con estas experiencias podamos discernir en las próximas elecciones qué clase de dirigencia es la necesaria en este milenio y no repetir culturas pasadas de votar a "expertos en desligarse".