Un mes sin Defensoría Nacional de Niñez y Adolescencia

Un mes a la deriva...

De los 68 candidatos nacionales a presidir la primer Defensoría Nacional de Niñez y Adolescencia me considero el de mayor incidencia en todos los campos de los derechos de infancia. En este sentido podemos mencionar que estamos entregando un abstract de nuestra ponencia en la facultad de Derecho en torno al acceso a al justicia en un congreso internacional sobre Derechos Humanos por la Niñez y Adolescencia, estamos participando de un campaña global de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) organizado por la ONU donde presentaremos en Alemania nuestro trabajo, incidimos en la aplicación de derechos en la localidad de San Miguel en dos casos que nos llegaron, otro caso en José C Paz, intervenimos en la publicación del Consejo de CABA sobre la utilización de la línea 102, entre otras acciones que al momento no recuerdo.

Tanto era el interés por la aprobación de esta terna de abogados con experiencia desde el siglo pasado que parece que todas las energía estaban puestas en su nombramiento. Y parecen replicar el mismo accionar de los que viven del Estado: asegurarse su puesto para hacer la plancha.

A nuestras acciones buceando cumplir los derechos de infancia en la República Argentina ahora al mes de ausencia de la Defensoría Nacional sumamos otra, y para ello comenzamos a estudiar la ley 26061 para exigir su cumplimiento y nos encontramos que en su artículo 59 enuncia lo siguiente:

ARTICULO 59. — CESE. CAUSALES. El Defensor de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes cesa en sus funciones por alguna de las siguientes causas:

a) Por renuncia;

b) Por vencimiento del plazo de su mandato;

c) Por incapacidad sobreviniente o muerte;

d) Por haber sido condenado mediante sentencia firme por delito doloso;

e) Por notoria negligencia en el cumplimiento de los deberes del cargo o por haber incurrido en la situación de incompatibilidad prevista por esta ley.

Link acceso a la ley

Dengue, sarampión, coronavirus, suspensión de clases obligatorias dificultando su educación, como consecuencia de la aplicación de la cuarentena se multiplican los casos de violencia y abusos y otras tantas cosas que se podrá imaginar querido lector que necesitamos de un liderazgo capaz de contener al menos en algo esta avalancha de atropellos a los derechos de la infancia en la que no podemos ser parte ideológica de una gestión de gobierno ya que su sesgo marcado va en detrimento de los intereses que tienen que proteger.

Consideramos notoria la negligencia en el cumplimiento de los deberes del cargo al ausentarse un mes un la gestión para la cual fue asignada. A modo de ejemplo: ¿en qué otra función luego de ser aprobado para el trabajo puedes tomarte un mes de ocio?

Ya lo mencionamos en más de una ocasión y en nuestro plan de trabajo algunas herramientas que  desde el primer momento podían ayudar a marcar una avance en la incidencia en la aplicación de la ley, como así también algunas organizaciones sociales con una gran expertise en diversos temas, y algunos modelos del exterior que podríamos modificar para aplicarlos a la idiosincrasia local...

En un mes... ¿cuántos chicos han dejado de serlo?

Una cuarentena que para alguien que es apasionado por la labor que está realizando hubiera abierto la convocatoria a todas las organizaciones interesadas en trabajar sobre el tema y el presente contexto, buscaría transmitir una visión del panorama actual y sus preocupaciones del modo en que se tratan, buscaría capacitar facilitar el flujo de conocimientos e información garantizando un canal oficial que puede ser referencia, participaría de charlas virtuales actualizando el accionar de las defensorías provinciales y buscando unificar criterios de abordaje y promoviendo en aquellas provincias a incidir por el defensor de los derechos del niño, entre otras tantas acciones que si tuvieran ganas de trabajar se las mencionaría...

Continuamos como en el comienzo

¿Cómo describirá la historia de la infancia Argentina este período en materia de derechos de infancia?

Ojalá en este tiempo de reflexión podamos evolucionar como sociedad uniéndonos en acciones que beneficien en interés general protegiendo a las próximas generaciones con una Defensoria empática como se pedía en las primeras audiencias públicas donde para muchos había esperanzas de mejorar la calidad institucional abocada a la infancia. 

Hoy las nuevas herramientas tecnológicas de comunicación pueden ayudar a hacer cumplir una ley de la que venimos incidiendo y teniendo experiencia desde mucho antes del acuerdo congresista por estas personas que no cumplen con las expectativas para el caso. Y no lo decimos sin saber sino que utilizamos estas herramientas en un congreso que desde hace tiempo es indiferente con la infancia.

Siete años atrás...

Proponemos un salto disruptivo porque conocemos lo viciado de una institución que durante mucho tiempo estuvo alejado de lo que acontecía en el país llevándonos a niveles intolerables de marginalidad en la infancia y consideramos de vital importancia que el nuevo liderazgo en materia de cumplimiento de derechos pueda referenciar su experiencia en acciones concretas.

Sin lugar a dudas... la deuda es con la niñez...