Maldita policía...
Crecí entre razzias en el conurbano en épocas del patronato durante el incipiente retorno a la democracia. Llegaba a los 18 años y la muerte de Walter Bulacio sacudía a la opinión pública por la brutalidad policíaca donde el caso llegó a la CIDH...
Hoy parece no haber cambiado nada... ni siquiera los funcionarios que dicen defender a los niños que carecen de antecedentes de trascendencia en el trato a la problemática pero si cucardas por mantenerse en el poder...
Una ley en el 2005 buscaba romper con una cultura establecida y de esta manera otorgarle nuevos aires a una infancia castigada al menos desde comienzos de milenio, pero no iba a ser fácil poder arrebatarle a una clase de dirigentes habituados a no inmutarse ante las sucesivas crisis estableciendo un punto de equilibrio con su oposición y de esta manera establecer una puesta en escena que al menos logre justificar algún discurso a la población palaciega...
Cuando fui nominado por mis antecedente en la incidencia por el Defensor de los Derechos del Niño en un proyecto de resolución antes de la constitución de la bicameral por una senadora que manejaría los hilos mas tarde del resultado y el relato oficial me sentí orgulloso pensando que nos estaban viendo sin ser parte de la claque cortesana y que el concurso podrá tener algún atisbo de transparencia. Nuestra estrategia pensada estaba centrada en el debate de frente a una bicameral que de lecturas tendrá mucha pero de contacto directo muy poco, y a competidores que en nuestra constante campaña de años no salieron a la palestra dejándome con material propio para apabullar y destacarme en un concurso nacional. Tanto es así que a la actual Defensora en su preparativo para concursar utilizando su despliegue junto a sus amigos presentando un curso para bajar línea nos presentamos diciendo que éramos los primeros en el motor de búsqueda de Google si ponía "Defensor de los Derechos del Niño" siendo rechazados en la primera realización del curso...
Sigo estando convencido que una Defensoría militante no hará nada en contra de los intereses de sus cumpas y si se tiene que bancar la bronca de algún caso particular la experiencia y el espíritu corporativo de la casta política que saben manejar muy hábilmente lograrán nuevamente un consenso discursivo que los dejará conforme hasta el próximo embate, así lo hicieron en las sucesivas muertes en donde se llamaron al silencio y ahora con la prudencia de encargar escritos a consultoras para quedar en la tibieza especuladora de hacer lo justo y necesario para mantener el kiosquito que tanto buscaban...
Labels: Defensor de los Derechos del Niño, Derechos del Niño, Derechos Humanos, Escenarios Emergentes, Incidencia Política, Infancia Argentina, La Deuda es con la Niñez, Política Argentina
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